Hemos evidenciado durante el pasado año el enorme efecto que tiene nuestra actividad como sociedad en el paisaje sonoro. La naturaleza ha ocupado las calles de muchas ciudades y de pronto descubrimos los sonidos escondidos detrás de todo el ruido diario que producimos.
Desde la Revolución Industrial el paisaje sonoro ha ido aumentando en complejidad convirtiéndose en un paisaje sonoro de baja fidelidad en el que la escucha se realiza de forma automática omitiendo interferencias para poder centrarnos en sonidos concretos. Por lo tanto, debemos alejarnos por un momento de la aún predominante tradición ocularcentrista, fomentar la escucha para poder pensar en qué tipo de entorno queremos vivir y diseñar las ciudades para una mejor experiencia acústica.
Este proyecto se centra en la exposición del artista sonoro Edu Comelles en la que continúa su línea de investigación Spectre en la que a través de la visualización del sonido mediante espectrogramas de frecuencias nos invita a imaginar, a jugar y a reflexionar sobre la importancia de la escucha, y en esta ocasión lo hace centrándose en el paisaje sonoro urbano y en su visión del sonido del futuro.
Y como la escucha nos ayuda a la reflexión, esta exposición se complementa con una mesa redonda en la que charlaremos con investigadores y artistas sonoros sobre cómo nuestro paisaje sonoro es fiel reflejo del modelo de sociedad en la que vivimos, sobre cómo nos afecta el sonido, si hay sonidos que debemos proteger y sobretodo de las prácticas artísticas en las que el paisaje sonoro se convierte en una rica materia prima. Finalizaremos la jornada de inauguración con el concierto de Edu Comelles en el que podremos disfrutar de cómo todas estas inquietudes y cuestiones son canalizadas a través del arte sonoro de forma sutil y exquisita.
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Comisariado: Angel Galán
Producción: Cultura Inquieta
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