Des de que el pasado día 2 empezáramos la tanda de audiciones públicas del proyecto, una treintena de personas se han acercado a realizar el paseo sonoro por el barrio del Carmen. Entre ellas, gente de distintos campos y de distintas procedencias han realizado el recorrido de manera intuitiva, a veces acompañados por mi, a veces a solas o en grupo. La mayoría de la gente coincide al resaltar ciertos aspectos concretos del proyecto y los comentarios son de mucha utilidad para entender como el proyecto se "asienta" en el espacio.
Uno de los comentarios que mas se a producido es el comentario en la referente al volumen de las composiciones y como este interfiere con el própio paisaje sonoro del lugar. Al principio el comentario llegaba una vez realizado el paseo y actualmente recordamos a los participantes que el volumen es el que es, y es absolutamente intencionado. Con eso y tal y como se describe en el proyecto la amplitud de onda de las composiciones debe estar normalizada al mínimo para que de esta manera el oyente pueda escuchar el sonido externo y tanto los paisajes compuestos como el paisaje sonoro a tiempo real se mezclen correctamente.
Dicho aspecto, en algunas composiciones es mas bien una carencia. En este sentido la composición de Calle Caballeros requiere de mas volumen ya que su propia idiosincrasia ( se trata de una grabación hecha en época de Fallas, con muchísima gente en la calle y bandas de música) invita a aislar al oyente del exterior limitando la escucha de lo que sucede a tiempo real debido al "ruido" fiestero.
Por lo demás, el volumen de las composiciones se adapta muy bien al propio volumen del paisaje sonoro provocando situaciones de desajuste audiovisual (oímos pero no vemos la fuente del sonido). Y esa ahí en donde reside la segunda coincidencia de opiniones entre los participantes al poder percibir una realidad mal ajustada, o una realidad o auralidad aumentada. Si bien, al hacer la escucha no percibimos plenamente todos los detalles que la conforman, estos a su vez se integran y funden con el paisaje sonoro del momento.
Los ajustes de tiempo y de velocidades funcionan bastante bien a pesar de ser un aspecto un tanto delicado, aunque las composiciones terminen mas tarde una vez el participante ya ha abandonado el lugar estas no son percibidas como error o un desajuste demasiado grande.
Finalmente destacar que la mayoría de los participantes coinciden en resaltar los aspectos cognitivos, al escuchar el proyecto su percepción sonora del lugar se agudiza y muchas veces estos comprueban lo que pasa fuera de los auriculares, identificando esas realidades sonoras que a veces en el día a día olvidamos.
Todavía quedan dos semanas mas de paseos, ya os iré contando mas.
aprovecho también para agradecer a todas las personas que se han acercado a la Clínica Mundana y han invertido parte de su tiempo a escuchar esta propuesta.
en la foto: la Família Jordà Bou (expertos alcoianos en sonidos tremebundos) disfrutando del paseo.